“La gente se arregla todos los días el cabello, ¿Por qué no el corazón?”
Hoy he leído una cifra que me ha preocupado bastante. Un 26,3% de la población española de entre 2 y 24 años y un 54,7% de la población adulta, entre 25 y 65 años, tienen o bien sobrepeso o obesidad (Aranceta-Bartrina, et al., 2005). ¿Sabíais que el sobrepeso y la obesidad son un factor pronóstico de la desmotivación?
Cuando uno está mucho tiempo llevando un estilo de vida descuidado y sedentario es difícil empezar a dedicar una hora a hacer alguna actividad deportiva y cambiar los hábitos alimentarios. Los cambios en nuestro estilo de vida se deben iniciar gradualmente, no puedes hacer un cambio drástico de la noche a la mañana porqué acabará afectando a tu salud mental.
Si uno ya ha realizado el cambio y ve a alguien con sobrepeso suele pensar: “si ellos no adelgazan es porqué no quieren, yo he podido”. Aquí es donde entran en juego las diferencias individuales.
Para realizar el cambio es muy importante la disposición y motivación a realizarlo, el típico “si quieres, puedes” y todas esas frases tan estereotipadas hoy en día que te hacen creer que vives en un mundo maravilloso y que si luchas vas a poder conseguir todo lo que te propongas, pero hay algo que mucha gente no sabe y es que la motivación, como muchos otros factores, guarda una estrecha relación con el sobrepeso y la obesidad.
De hecho, las personas que sufren sobrepeso o obesidad tienen menos intereses personales en sus vidas y un mayor grado de frustración. Además, a este dato se le suma que tienden a interpretar la realidad erróneamente de manera que tienen una percepción sesgada y sienten que nada está a su favor. Así pues, no sólo tienen los problemas de salud físicos conocidos como mayor predisposición a tener lesiones o diabetes, sino que además presentan graves problemas psicológicos. Consecuentemente no suelen proponerse nuevas metas y, si lo hacen, suele haber una falta de predisposición para conseguirlas.
Evidentemente que seguir un estilo de vida saludable es importante para una mejora del estado físico y para nuestro organismo, tanto la alimentación como la nutrición son determinantes en el desarrollo biológico de los humanos pero, como vemos, también hay una repercusión muy importante de la alimentación en el desarrollo psicológico y social (Aguilar., et al, 2012). El hecho de tener altos niveles de desmotivación no sólo influye en el querer lograr objetivos físicos como bajar de peso sino que también repercute en el ámbito escolar y social.
Este hecho es sólo una muestra más de que no podemos juzgar a las personas por sus logros o metas porqué detrás de cada camino hay una batalla y, aunque el camino a recorrer pueda parecer igual o muy similar, siempre es distinto. Así que, detrás de esa “falta de voluntad” que mucha gente ve, realmente hay una falta de cuidado hacia nuestra salud mental, hacia nuestro corazón y nuestro bienestar psicológico. Y por eso mismo el proverbio que encabeza este artículo es uno de mis principios: ¿por qué olvidamos a nuestro corazón
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